El Fisgón de Anaga Der Schnürffel von Anaga
El Teide siempre ha constituido un motivo obligado de referencia en la descripción del Archipiélago canario, predominando ante cualquier otra simbología isleña, pues, admirado y mitificado, ha despertado la curiosidad de cuanto viajero arribaba a nuestras costas.

Este hecho podemos comprobarlo desde la propia denominación antigua de la Isla, Planasia («la isla errante»), un topónimo de origen griego que está en estrecha relación con las erupciones volcánicas del Teide, resultando de esta idea una especial vinculación entre la actividad telúrica y su significado de isla flotante.

En la descripción de su alto pico algunos autores antiguos lo han pintado cubierto de nieve, destacando esta característica blancura de su cumbre durante los meses de invierno, mientras que otros nos transmiten la imagen espantosa de una cumbre altísima, de difícil acceso y de la que brota continuamente un fuego infernal.
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