Compañera Vicky:
Te escribo para contarte que sobre Madrid ha caído una nevada de 30 horas que lo ha cubierto todo. Ya no había calles. No había aceras, ni calzada, ni jardines, todo era blanco. La nevada más copiosa de los últimos 50 años, según dicen. Tenemos ahora mismo más nieve que en Polonia.
Ya no era necesario subir a la sierra para ver la nieve o esquiar. Algunas personas lo han hecho por las calles. Y sin nieve artificial. Bueno, hay quien dice que ha nevado nieve de plástico creada por geoingeniería, pero ya sabes que no hay que hacerles caso.
La imagen, con todo nevado, era muy bonita. Una estampa invernal poco habitual por estos lares. La gente jugaba con la nieve, hasta se tumbaban sobre ella. La cuidad se ha parado. No circulaban coches, ni autobuses, no había suministro de mercancías. Casi todo estaba cerrado.
Estamos bajo la influencia de una borrasca, a la que le ha tocado el nombre de Filomena. Afecta a toda la península, y a Canarias también, y trae grandes nevadas. El cóctel estaba servido: aire frío en superficie, frío polar en niveles medios y los contrastes térmicos horizontal y vertical generados por Filomena. Quienes saben de esto hablan de corrientes de aire ascendente que favorecen las nevadas extensas.
Este fenómeno meteorológico les ha venido bien a los negacionistas del cambio climático. Pero tranquila, que ya ha salido Greenpeace con su argumentario. Y, como demuestra el Servicio de Cambio Climático Copernicus, la última década ha sido la más calurosa de Europa desde que hay registros.
El vivero estaba indescriptible. Un montón de nieve por todas partes. El techo del umbráculo cubierto de nieve, que también se había colado hacia el interior, envolviendo todos los tiestos. El invernadero parece que ha resistido, y eso que estaba casi completamente tapado por la nieve. Todas las plantas estaban cubiertas, no se veían; tampoco los caminos ni los taludes, ni las escaleras ni la fuente. Ya te iremos contando cómo han resistido las plantas. Los alcornoques no han podido con el peso de la nieve.
Por las calles de la ciudad también se han caído muchas ramas e incluso árboles. Y en el Retiro. Y en la Casa de Campo.